Acabé de volver de un viaje de siete semanas a mi tierra natal. Un viaje de reencuentros, abrazos y muchos sabores. Hace 32 años por diversas razones de las cuales muchas de ellas no me acuerdo, me fui de mi país en busca de un futuro diferente. Mi futuro de esa época es mi actual presente y realmente es mi sueño hecho realidad. Vivo en Israel, me casé con mi príncipe brasilero y tengo dos maravillosos hijos israelís. También tengo un negocio propio al que le he dedicado mi cuerpo y mi alma durante los últimos 9 años. Todo hasta ahora parecería perfecto…
Este último año ha sido muy diferente de todos los otros que he vivido. ¡La pandemia ha influido en mi vida como en la de millones de personas y creo que la menopausia también! Me he dedicado todo el año a enfrentar situaciones que me daban antes miedo, social o real. Siempre tuve un increíble miedo a las alturas y al agua, nunca me atreví a aprender a nadar. Este es el año que nadé muchas piscinas y volé de parapente, hace un año hubiera pensado que esto es imposible!
 
En Colombia tuve la increíble oportunidad de acercarme a mis hermanos. Nunca fuímos muy amigos, en parte porque me fui de Colombia hace muchísimos años cuando cada uno estaba en busca de su propio destino y estaba ocupado en su propia vida y en parte por mutua falta de interés. Pero nunca es tarde para recomenzar y creo que al final para todos es claro que una de las cosas más importantes que tenemos es uno al otro, tuvimos conversaciones emocionales y recibí un cariño que no yo sabía que me hacía tanta falta! Y con mi hermana de sangre y de alma pasamos unas increíbles vacaciones conociéndonos más profundamente y riéndonos mucho! Me encanta pasar horas con ella! Lo más importante de estas últimas semanas sin duda alguna fue la gran oportunidad de disfrutar tantas horas conversando y riéndonos, todos los hermanos junto a mis padres. Y que decir de los amigos de la infancia y adolescencia. Incluyo primos en esta lista. Aquellos que me conocieron cuando yo tenía muchas menos capas de años, de experiencia y de dolor acumulados. Aquellos que me conocieron tal y como yo soy en mi esencia y que me quieren así sin ninguna pretensión. Nos vimos, nos acercamos, nos conocimos otra vez y descubrimos que ese amor fraternal está ahí, vivo, presente a pesar de los años y los kilómetros de distancia. Que delicia fue verlos a todos, y que ganas tengo de que esas relaciones se fortalezcan, toda amistad necesita un esfuerzo y siento una felicidad muy grande de que estén nuevamente en mi vida.
 
Ahora ya estoy de regreso en Israel intentando retomar mi vida. Y tengo muchos retos en la frente ya que lo que tengo más claro es mi necesidad absoluta de salirme de mi zona de confort, el desarrollo, crecimiento y evolución espiritual se encuentran fuera de ella. Ahora que estoy en las puertas de un nuevo capitulo en mi vida, quiero disfrutarlo y utilizar todos mis recursos mentales y emocionales de la mejor forma posible. Y quiero dejar todo documentado y compartirlo con las personas que amo, esa es la razón por la cual lo escribo. Como ante toda decisión importante en la vida tengo mis dudas y mis miedos, pero ellos no me impedirán hacer lo que sea necesario para vivir una vida plena y llena de satisfacciones.
 
Hace nueve años que mi negocio existe, vivo llena de gratitud por haber tenido la oportunidad de construir un negocio exitoso y una buena marca, lo manejo muy bien pero ya no me ofrece retos ni desarrollo, toqué el techo y llegó el momento de cambiar el modelo de negocio o empezar uno nuevo que todavía tengo que descubrir. En los próximos meses tengo mucho para aprender y descubrir y necesito mucha paciencia!
Bebita Colombia, Familia

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